La prudencia aconseja tener y expresar reservas sobre el valor de la web, sobre todo cuando se tienen niños de corta edad. Lo peor es sin duda abstenerse, por miedo, desconocimiento, o una mezcla explosiva de ambos.
He aquí cinco ideas que no son consejos, pero que podrían tal vez servirnos para una discusión acerca de esta cuestión fundamental.
1.- Iniciar a los niños en internet es tan importante como enseñarles a leer y escribir, tal y como venimos haciendo de forma generalizada desde hace al menos un siglo y medio.
2.- La enorme cantidad de informaciones y sitios de mala calidad hacen de la formación con espíritu crítico una oportunidad y una necesidad a partes iguales. Es más urgente y más fácil enseñarles que todo cuanto aparece ante nuestros ojos debe abordarse con la distancia y el escepticismo activo que adoptamos cuando está escrito en un libro voluminoso e imponente.
3.- Preparar a nuestros hijos para las trampas que pueden encontrar en la web es tan indispensable como enseñarles a cruzar una calle. Cuanto antes les advirtamos de los peligros existentes, mejor sabrán protegerse por sí solos. Al principio, hay que llevarlos sin duda de la mano, explicándoles cómo funcionan las cosas.
4.- La red y la galaxia digital constituyen una oportunidad maravillosa para estimular su creatividad. Es preciso facilitarles el acceso a las herramientas y ayudarlos a servirse de ellas para expresarse, para sacar 'el pequeño Mozart que todos llevan dentro' (en todo caso, es una forma de comprobar si esto es cierto).
5.- Una de las responsabilidades de los padres consiste indudablemente en familiarizarse ellos mismos con este universo, tal y como lo entienden, pero sobre todo, tal y como lo perciben y practican sus hijos (lo cual implica escucharlos), para acompañarlos mejor en este fascinante descubrimiento.
He aquí cinco ideas que no son consejos, pero que podrían tal vez servirnos para una discusión acerca de esta cuestión fundamental.
1.- Iniciar a los niños en internet es tan importante como enseñarles a leer y escribir, tal y como venimos haciendo de forma generalizada desde hace al menos un siglo y medio.
2.- La enorme cantidad de informaciones y sitios de mala calidad hacen de la formación con espíritu crítico una oportunidad y una necesidad a partes iguales. Es más urgente y más fácil enseñarles que todo cuanto aparece ante nuestros ojos debe abordarse con la distancia y el escepticismo activo que adoptamos cuando está escrito en un libro voluminoso e imponente.
3.- Preparar a nuestros hijos para las trampas que pueden encontrar en la web es tan indispensable como enseñarles a cruzar una calle. Cuanto antes les advirtamos de los peligros existentes, mejor sabrán protegerse por sí solos. Al principio, hay que llevarlos sin duda de la mano, explicándoles cómo funcionan las cosas.
4.- La red y la galaxia digital constituyen una oportunidad maravillosa para estimular su creatividad. Es preciso facilitarles el acceso a las herramientas y ayudarlos a servirse de ellas para expresarse, para sacar 'el pequeño Mozart que todos llevan dentro' (en todo caso, es una forma de comprobar si esto es cierto).
5.- Una de las responsabilidades de los padres consiste indudablemente en familiarizarse ellos mismos con este universo, tal y como lo entienden, pero sobre todo, tal y como lo perciben y practican sus hijos (lo cual implica escucharlos), para acompañarlos mejor en este fascinante descubrimiento.
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