La creación de textos literarios es una estrategia bastante efectiva para la promoción y compresión lectora. Para que los niños y niñas puedan realizar la creación literaria, deben haber estado expuestos a varios tipos de textos, conocer su estructura, sus elementos. Por eso la producción de textos está íntimamente ligada a la selección de éstos.
Pasos a seguir para la creación:
Que el docente recuerde los elementos de un cuento: personajes (implica describir sus rasgos físicos y su comportamiento o personalidad), escenarios (lugares en donde se lleva a cabo la historia), acontecimientos (hechos que afectan a los personajes) y las partes de un cuento (inicio, desenlace y final), donde se incluyen los elementos mencionados al inicio. Esta información se complementa con el conocimiento que los niños y niñas ya han adquirido a través de la experiencia de haber escuchado y trabajado con diversos cuentos. El profesor puede utilizar ejemplos de los cuentos leídos al realizar la explicación.
Es importante que el docente explicite algunos aspectos ya que los niños y niñas tienden a generalizar. Por ejemplo, cuando se refieren a los personajes, hablan de “perro”, “mono”, “niña”. La idea es hacer que la creación sea más guiada, haciendo preguntas para que el niño sea más explícito en la descripción de los personajes. Así el docente puede preguntar ¿cómo es la niña? Y sugerir algunas opciones para incentivarlos, como rubia, blanca, negra, alta, baja, fea, bonita, divertida, tímida, traviesa, etc. Las opciones que se plantean pueden relacionarse con la edad de los niños.
El docente puede utilizar diversas motivaciones para incentivar la producción, como el uso de imágenes que contribuyan a despertar la imaginación de los niños; sombras o siluetas de diversos personajes, para que ellos elijan algunos y les agreguen personalidad, para convertirlos en personajes de su historia. Asimismo se pueden utilizar escenarios diversos ya dibujados para que ellos los pinten y los completen y coloquen sobre él los personajes. La combinación de los personajes con el escenario, desembocan en historias muy distintas. No es lo mismo un elefante en la playa que un delfín, por ejemplo.
Con estos elementos, el docente guiaría a los niños en la creación de su historia. Se puede trabajar individualmente o en pequeños grupos.
Es importante tener cuidado con no interferir con el relato de los niños y niñas, hay que respetar su propia creación.
Como los niños aún no saben escribir, el docente puede ir escribiendo lo que se sugiera e ir leyendo para ver cómo va quedando la historia, y orientarlos en la coherencia de ésta. Se pueden complementar las anotaciones con los dibujos de los niños.
Otra opción es pensar en una historia, dibujarla y luego contársela a sus compañeros. El docente puede grabar o escribir las historias de los niños, y complementar el texto con los dibujos que ellos hagan.
Si el docente nota que la atención disminuye, se sugiere detenerse y continuar con la construcción del cuento en otro momento, en diferentes etapas. Generalmente se suele construir en una sola etapa.
Finalmente se corrige con los niños el texto, para darle los últimos retoques, afinar la coherencia y estética final. Se puede aprovechar este momento para poner un título y el nombre del o los autores.
Es importante que las producciones se den a conocer, para completar el proceso de creación literaria. Exponerla historia o armar un pequeño libro o folder, para colgarlo en algún espacio de la escuela, colocar las historias en la biblioteca de aula o obsequiárselo a los padres, son algunas opciones.
“No hay “fórmulas” ni “recetas” ciertas para realizar la coordinación de las actividades de producción. Creemos que mantener algunas premisas como las señaladas más arriba ayuda a realizarla de manera fructífera. La creatividad de cada docente y de su grupo hará de cada actividad una ocasión única para desplegar la imaginación y disfrutar de los insospechados caminos que ésta abre”
Pasos a seguir para la creación:
Que el docente recuerde los elementos de un cuento: personajes (implica describir sus rasgos físicos y su comportamiento o personalidad), escenarios (lugares en donde se lleva a cabo la historia), acontecimientos (hechos que afectan a los personajes) y las partes de un cuento (inicio, desenlace y final), donde se incluyen los elementos mencionados al inicio. Esta información se complementa con el conocimiento que los niños y niñas ya han adquirido a través de la experiencia de haber escuchado y trabajado con diversos cuentos. El profesor puede utilizar ejemplos de los cuentos leídos al realizar la explicación.
Es importante que el docente explicite algunos aspectos ya que los niños y niñas tienden a generalizar. Por ejemplo, cuando se refieren a los personajes, hablan de “perro”, “mono”, “niña”. La idea es hacer que la creación sea más guiada, haciendo preguntas para que el niño sea más explícito en la descripción de los personajes. Así el docente puede preguntar ¿cómo es la niña? Y sugerir algunas opciones para incentivarlos, como rubia, blanca, negra, alta, baja, fea, bonita, divertida, tímida, traviesa, etc. Las opciones que se plantean pueden relacionarse con la edad de los niños.
El docente puede utilizar diversas motivaciones para incentivar la producción, como el uso de imágenes que contribuyan a despertar la imaginación de los niños; sombras o siluetas de diversos personajes, para que ellos elijan algunos y les agreguen personalidad, para convertirlos en personajes de su historia. Asimismo se pueden utilizar escenarios diversos ya dibujados para que ellos los pinten y los completen y coloquen sobre él los personajes. La combinación de los personajes con el escenario, desembocan en historias muy distintas. No es lo mismo un elefante en la playa que un delfín, por ejemplo.
Con estos elementos, el docente guiaría a los niños en la creación de su historia. Se puede trabajar individualmente o en pequeños grupos.
Es importante tener cuidado con no interferir con el relato de los niños y niñas, hay que respetar su propia creación.
Como los niños aún no saben escribir, el docente puede ir escribiendo lo que se sugiera e ir leyendo para ver cómo va quedando la historia, y orientarlos en la coherencia de ésta. Se pueden complementar las anotaciones con los dibujos de los niños.
Otra opción es pensar en una historia, dibujarla y luego contársela a sus compañeros. El docente puede grabar o escribir las historias de los niños, y complementar el texto con los dibujos que ellos hagan.
Si el docente nota que la atención disminuye, se sugiere detenerse y continuar con la construcción del cuento en otro momento, en diferentes etapas. Generalmente se suele construir en una sola etapa.
Finalmente se corrige con los niños el texto, para darle los últimos retoques, afinar la coherencia y estética final. Se puede aprovechar este momento para poner un título y el nombre del o los autores.
Es importante que las producciones se den a conocer, para completar el proceso de creación literaria. Exponerla historia o armar un pequeño libro o folder, para colgarlo en algún espacio de la escuela, colocar las historias en la biblioteca de aula o obsequiárselo a los padres, son algunas opciones.
“No hay “fórmulas” ni “recetas” ciertas para realizar la coordinación de las actividades de producción. Creemos que mantener algunas premisas como las señaladas más arriba ayuda a realizarla de manera fructífera. La creatividad de cada docente y de su grupo hará de cada actividad una ocasión única para desplegar la imaginación y disfrutar de los insospechados caminos que ésta abre”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
DEJEN SUS COMETARIOS